El pasado 28 de octubre se inauguró en el Archivo General de Indias la exposición ‘Lo permanente y lo efímero. Bienes y espacios para las manifestaciones populares de América’, dentro del marco del programa cultural del II Congreso Internacional de Hermandades y Piedad Popular.
Para esta exposición, la Hermandad ha cedido el lienzo de la Virgen del Valle que habitualmente está expuesto en la nave de la Epístola de la Iglesia de Santa Marina y San Juan Bautista de La Salle. Este lienzo fue encargado por el Hermano de La Salle Nectario María al pintor sevillano Juan Antonio Rodríguez Hernández en el año 1958. Durante años figuró en su despacho del Colegio La Salle-La Purísima pero en una de sus últimas visitas lo donó a la Hermandad de la Sagrada Resurrección en la persona de su Hermano Mayor, Don José Luis Núñez González, como testimonio de admiración y cariño hacia nuestra Hermandad.
En el mismo podemos contemplar una curiosa iconografía de la Virgen del Valle de Isla Margarita. Nuestra Señora aparece en el cielo venezolano sobre las islas Margarita y Cubagua que conforman el estado de Nueva Esparta. El pintor utilizó para esta obra un fotograbado en blanco y negro de la Virgen venezolana y compuso un lienzo en el que destaca en el centro la imagen de Nuestra Señora en su advocación de Inmaculada, con las manos orantes de las que pende un rosario, con corona de oro y piedras preciosas de reina, revestida con manto azul y túnica blanca con bordados que simbolizan distintos atributos marianos como la estrella, la torre, el arca y el vaso contenidos en la letanía lauretana. Rodean la imagen dos grupos de siete ángeles en distinta actitud y relacionados de distinta forma. La parte inferior se completa con un simulado marco rocalla en tono caoba muy del gusto del arte hispanoamericano del siglo XVIII.
INFORMACIÓN SOBRE LA EXPOSICIÓN (Archidiócesis de Sevilla)
La exposición, que estará abierta hasta el 5 de enero del año próximo, recorre a través de más de medio centenar de documentos fechados entre el siglo XV y el siglo XX, una panorámica que aborda las fiestas religiosas hispanoamericanas y el entorno en el que se celebraban. Desde ciudades, catedrales, elementos artísticos y de culto, o las complejas relaciones que se declaraban entre las autoridades civiles y eclesiásticas en torno al gobierno y acompañamiento en el devenir diario de las hermandades y cofradías del Nuevo Mundo o las grandes devociones a uno y otro lado del océano.
En los seis núcleos en los que se divide la muestra, destacan documentos como la Primera Bula Inter Caetera del papa Alejandro VI a los Reyes Católicos de 1493; las adiciones a las reglas de la cofradía del Buen Aire creada por los maestres y pilotos de navegación en Triana a principios de la segunda mitad del siglo XVI o la real cédula por la que se concede licencia al capitán Hernando de Berrio para que puedan enviar unas andas de plata encargadas en Sevilla para la Virgen del Rosario de Panamá en 1588. También una amplia muestra de grabados de grandes devociones tanto españolas como americanas, haciendo un especial recorrido en la más famosa de todas ellas como es la Virgen de Guadalupe mexicana.
La exposición termina con un espacio dedicado a la relación del propio Archivo General de Indias con las cofradías sevillanas y un recuerdo a varios investigadores que dedicaron sus esfuerzos a la investigación y a la docencia y que al mismo tiempo unieron su nombre al de las hermandades de la ciudad y la historia y el arte hispalense y de Ultramar. El Archivo ya colaboró, en 1999, en la primera edición del Congreso Internacional de Hermandades y Piedad Popular, con otra importante exposición celebrada en la antigua Casa Lonja cuyo título fue “Signos de evangelización. Sevilla y las Hermandades en Hispanoamérica”.
Comisariada por Manuel Álvarez, jefe de Conservación del Archivo General de Indias, ha contado con el diseño y producción de la empresa Dupla y se ha visto enriquecida con la participación de varias piezas de orfebrería, pintura e insignias pertenecientes a las cofradías de Pasión, Las Aguas, San Bernardo y La Resurrección, gracias al patrocinio de la aseguradora UMAS.