En septiembre tuvo lugar una nueva sesión del Foro de Formación del cincuenta aniversario. En esta ocasión, la ponencia estuvo a cargo del Hermano Mayor de la Soledad de San Lorenzo, D. Ignacio Valduérteles, que versó sobre la “Religiosidad Popular: de cómo las Hermandades se entroncaron en el seno de la Iglesia”.
Valduérteles puso sobre la mesa la idea del “relativismo en las hermandades”, que afecta a aspectos tan concretos como “la priostía, la liturgia, que no debe entenderse como una coreografía e incluso en las relaciones con la jerarquía de la Iglesia”. A todo ello se suman “colectivos contaminantes” como “costaleros que se erigen en protagonistas de la fiesta, candidaturas que acaban siendo colectivos de oposición o grupos jóvenes que creen que son una hermandad aparte”, entre otros, que “defienden sus ideas con tanto ardor como falta de rigor”.
Frente a esta situación “hacen falta hermandades bien dirigidas por su Hermano Mayor y su Junta de Gobierno”. Así, indicó que el Hermano Mayor es “el buen pastor” que “no puede permitir que ninguno de sus hermanos (su rebaño) se sienta solo”. Y para ello “necesita hablar con Dios” porque “los problemas no se solucionan en un Cabildo de Oficiales si antes no se han hablado en el Sagrario”. La segunda responsabilidad es la hermandad, que debe ser “segura, firme, con doctrina clara y sin estridencias”. Por último, y como tercer flanco, la sociedad “no resistiéndose a ella sino siendo creadores de tendencias”.